VIRGINIA GAWEL & EDUARDO SOSa
Nos hicieron. Nos hicieron mal, bien, nos lastimaron, nos halagaron, nos usaron, nos amaron, nos desecharon, nos cuidaron, nos excluyeron, nos manipularon... Hemos sido la arcilla y los demás sus alfareros. Y hemos sido a su vez inconscientes alfareros de otros. Muchísima gente vive y muere así: hecha por los demás (padres, maestros, jefes, parejas, el gobierno, la publicidad...).
Pero hay otra gente también: la alfarera de sí misma. Quien en algún punto vio cómo estaba hecho por los demás, e hizo de eso su propia arcilla. Como si fuera una pelota de plástico hundida por patadas o puñetazos, que un día dijo: "Basta!". Y juntó tanta fuerza desde su centro que comenzó a expandirse, hasta ir recobrando su digna esfereidad: aquello que nació para ser. Todos somos pelotas abolladas. Pero quizás la abolladura cobre pleno sentido si se convierte en una invitación para que la pelota active su centro y lo despliegue
Para eso hace falta un acto esencial: renunciar a quienes no somos, a lo que no tuvimos, a lo que habríamos querido que fuera, reclamándole al pasado.
La arcilla es lo que hay, no lo que "tendría que haber habido". Una persona así ya no aspira a cumplir con un ideal de sí misma (lo cual siempre es frustrante y equívoco), sino a descubrir quien realmente es, y aprovechar lo mejor de sí, haciendo de ello el sentido de su existencia. D. T. Suzuki (uno de los principales difusores del Zen en Occidente) los definió como "artistas de la vida": su obra no es necesariamente un poema o una pintura, sino lo que hacen con lo que la vida les dio. Van gestando su libertad interna con paciencia, con dedicación, con tanta pasión y desvelos como cualquier artista plasma su obra. Pero el logro principal, en este caso, no es la resultante final, sino el acto mismo de trabajar sobre sí.
Y el artista de la vida sabe que no todo saldrá como habría querido. Que al decidir hacerse desde adentro se encontrará con las consecuencias de decisiones que tomó cuando él era aún "los demás". Entonces procurará transformar esas situaciones aparentemente inmodificables en cincel para su auto-escultura: aceptará ser pulido por su aspereza, o ser lustrado por su suavidad. Quizás pueda hacerlo de a ratos, y a veces se sumerja en renegar de lo que es. Pero conservará, muy íntimamente, algo innegociable: el Intento (como le llamaba Castaneda). El Intento de ser lúcido, de ser fiel a sí mismo con la mayor lealtad de la que sea capaz. Sólo así se es autor de la propia vida, y deja uno de actuar los libretos que escribieron los demás. Suzuki lo dijo así:
“No puede esperarse que todos seamos científicos, pero estamos constituidos de tal manera por la naturaleza que todos podemos ser artistas; no, por supuesto, artistas especializados, como pintores, escultores, músicos, poetas, etc., sino artistas de la vida. Esta profesión, "artista de la vida", puede sonar a algo nuevo y raro, pero en realidad todos nacemos artistas de la vida y, sin saberlo, la mayoría de nosotros no logramos serlo y el resultado es que hacemos un desastre de nuestras vidas... [...]
Los artistas de cualquier tipo tienen que usar uno u otro instrumento para expresarse, para mostrar su capacidad creadora en una u otra forma. El escultor tiene que tener piedra, madera o yeso, y un cincel o algún otro instrumento para imprimir sus ideas sobre el material. Pero un artista de la vida no necesita salirse de sí mismo. Todo el material, todos los implementos, toda la capacidad técnica que se requieren ordinariamente, están dentro de él desde que nace, quizás aún antes de que sus padres le dieran la vida. [...] En esa persona, cada uno de sus actos expresa originalidad, capacidad creadora, su interioridad viva. No hay en ello convencionalismo, conformidad ni motivación inhibitoria. Su conducta es como el viento que sopla donde quiere. No tiene un yo encasillado en su existencia fragmentaria, limitada, restringida, egocéntrica. Ha salido de su prisión. Uno de los grandes maestros zen de la época T´ang dice: 'Un hombre que es dueño de sí mismo dondequiera que se encuentre se comporta con fidelidad a sí mismo.´ A este hombre es al que yo llamo el verdadero artista de la vida. "
Debes amar la arcilla que va en tus manos.
Debes amar su arena hasta la locura.
Y si no, no la emprendas que será en vano:
sólo el amor alumbra lo que perdura,
sólo el amor convierte en milagro el barro.
Debes amar el tiempo de los intentos.
Debes amar la hora que nunca brilla.
Y si no, no pretendas tocar lo cierto:
sólo el amor engendra la maravilla,
sólo el amor consigue encender lo muerto.
Silvio Rodriguez
Otra entrada excelente, Incal.
ResponderEliminarSomos barro frágil pero tenemos el poder y la responsabilidad de modelarnos.
Un abrazo, Luis.
Buen domingo.
Magistral entrada.
ResponderEliminarDecir algo, igual estropearía lo escrito.
Pero solo siendo "artistas de vida", conseguimos reconciliarnos con el alfarero que llevamos dentro.
Todos somos seres anhelantes de dar y recibir amor, de entrar en esa comunicación casi celestial con el otro, y no podemos llevar a ese punto, si antes no empezamos a trabajar nuestro yo real.
¿Cuántas caretas? ¿Cuántos disfraces? ¿Cuántas versiones de uno mismo hemos dado esperando complacer al resto?
Errores, fracasos y desilusiones son el fruto de esa actitud, solo siendo nosotros mismos en su mejor versión encontraremos la felicidad más simple que es vivir en paz con uno mismo...
Estupendo texto. Pero más que modelarnos, yo diría que debemos hacer como Miguel Angel con sus bloques de granito. Quitaba la parte sobrante hasta que salía la escultura ya terminada que siempre había estado dentro.
ResponderEliminarun abrazo
Me gustó tanto lo que escribiste que lo compartí en facebook. Espero que no te moleste.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Maravillosa entrada!! Con tu permiso lo voy a compartir en mi blog Los Pasos del Alma.
ResponderEliminarMuchas gracias y besote.
Estupendo y maravilloso texto...todos quieren compartirlo.
ResponderEliminarTodos los que van en busca de sí mismo. En eso estamos..y sólo el amor puede conseguirlo.
Un abrazo enorme
Aclaración importante:
ResponderEliminarsi leen el titulo de la nota verán que allí aparecen los autores de este articulo :VIRGINIA GAWEL & EDUARDO SOSA ,una pareja de psicólogos transpersonales argentinos.
Cuando lo publiquen en vuestros facebook o blogs no olviden de especificarlo.
Gracias.
Hola querido Luis, la elección de este tema y este espectacular texto, tan claro, conciso y contundente, llega a mí en un momento muy especial. Me llega tan a tiempo que me ha arrancado lágrimas de emoción.
ResponderEliminarSin lugar a duda tú eres un artista de la vida.
Brindo por eso amigo.
Un abrazo enorme y como ya han hecho antes, lo compartiré, es muy rico su contenido!!!!
Hasta pronto Luis.
Me encantó este post, quizás porque comprendo ese “basta!”
ResponderEliminarSer feliz es una dedición ¿no? creo que es esa decisión, la que puede transformar a una persona en un “Artista de su propia vida”.
Un abrazo grande y gracias por compartir este mensaje.
Excelente.... como todo lo que traés a tu blog... no tiene desperdicio ni una línea... el texto, el video, la letra de la canción...
ResponderEliminarEl amor es y será siempre el ingrediente fundamental de todo...!!!
Gracias por compartirlo...!!!
Y la nueva frase que agregaste de Carl Sagan "En algún sitio algo increíble espera ser descubierto." va muy bien con esta entrada... ese "algún sitio" puede bien estar dentro nuestro, sólo hay que empujar y ayudarlo a salir...
Un beso grande
increíble toda la diversa selección de pensamientos...hacia una nueva apertura de la mente! gracias! Rosana
ResponderEliminarSólo el amor engendra la maravilla, sólo el amor consigue encender lo muerto...
ResponderEliminarA esta altura de la vida sabemos de qué muertes hablamos y de qué maravillas y si no intentamos ser esos artistas de la vida que habla el artículo, no nos queda nada.
Excelente post, para leer una y otra vez.
Besos y gracias!
Es una entrada fascinante... gracias por compartir...
ResponderEliminarMoldear esta arcilla... una autobiografia sentida y evolutiva... intencionada y en camino ascendente... al menos el intento vale la pena.
Un Abrazo
Ser lo que realmente queremos ser, no lo impuesto o lo esperado, ni por otros ni por uno mismo a veces, con expectativas irreales. Aceptarse, quererse tal qual, con las abolladuras, defectos, y seguro también virtudes. Y eso vale para uno mismo y para los demás , para lo que lo que esperamos se corresponda a lo que realmente es. Saludos Incal, como siempre hermoso post.
ResponderEliminarah.... me ha encantado esta entrada! me gusta eso de engendrar la maravilla, que anuncia la prosa.
ResponderEliminarprecioso!
solo mencionare que el verdadero alfarero es DIOS y no nosotros porque aun que digas muchas palabras no importa como las acomodes y algunos por su egoísmo e independencia y el yoyo no lo reconozcas o no lo entiendas el es el que es y la falta de ese amor se nota en tus palabras busca de dios conoce a dios y vuelve escribir esto si lo llegas a conocer y encontraras la verdadera felicidad porque aun que no lo creas la verdad te hace libre y feliz
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