Las casualidades no existen… acabo de publicar un post con el titulo de Ser esencial , cuando a la tarde recibo un e-mail de Virginia Gawel & Eduardo Sosa de Pensamiento Sensible que trata el mismo tema desde otro punto de vista . Nunca publico dos post en el mismo día, pero esta vez la “casualidad” lo amerita, y vaya también como homenaje a la poeta, cantautora y activista por los Derechos Humanos: María Elena Walsh.
SER LEAL A SÍ MISMO...
Hay un cierto tipo de alegría que necesitamos aprender a reconocer: acontece cuando somos auténticamente nosotros mismos, sin máscaras, y obramos en consecuencia. Latristeza esencial, en cambio, surge cuando nos auto-sometemos a ejecutar lo condicionado, a hacer lo que nuestro interior rechaza, a negociar lo innegociable con tal de ser aprobados y, a costa de ello, a perder nuestro principal valor: ser leales a nosotros mismos.
Traicionarse a sí conlleva lo que podría llamarse depresión esencial. ¿Por qué? Porque eso interno y profundo nos reclama que le escuchemos. Íntimamente sabemos que nuestra Esencia no vino a este mundo a cuidar de las apariencias, a vivir vidas ajenas, a pisar esta Tierra sin haber realizado su acción personal por florecer en Belleza... aunque sea tan difícil echar transitorias raíces aquí! Por eso necesitamos una constante revisión de esa brújula que está ligada a nuestra porción del Todo. Así lo dijo la querida María Elena Walsh, que en estos días dejó sus frutos en el mundo de los humanos, y retornó su Esencia al Origen:
ESENCIA
Nunca nombrarla, nunca.
Ni callarla siquiera.
Solamente crecer de sus raíces
con asombrado llanto.
Ser y morir tan sólo para justificarla
como naturaleza
y sumisa costumbre.
Madurará con pausa
y exactitud de necesaria estrella
y sólo incertidumbres
me probarán su órbita,
su doloroso amor, su cumplimiento.
Será un desgarramiento
elemental, constante.
Desesperada espera -lo sé- desesperada.
Y sin embargo, nada
persistirá más cierto
que su sabiduría,
que sus sencillas fiestas.
Como el rosal seguro de la rosa.
Y yo seré la sombra de su florecimiento,
yo viviré acatando
su voz y su silencio,
en indefensa Tierra, irrenunciablemente.
María Elena Walsh
esta asturiana te da las gracias por compartir tu reflexivo texto y por tan maravilloso poema, un besin muy grande.
ResponderEliminar¡Hermoso!
ResponderEliminar¡Un ADIOS así de grande para ella!
Fue la musicalizadora de mi infacia! Rescato una frase muy bella de una de sus canciones "Me gusta quedarme quieta y sentir que mis pies tienen raíz". Enraizada a mi tierra, la que cuida mis pasos. La tierra que amo y la tierra que amó Maria Elena Walsh.
ResponderEliminarLuis, he sentido y creo que he entendido.. este maravilloso post (con el texto de M.E. Walsh)., aunque últimamente parece que hubiese llegado a mi "tope".. porque me cuesta mucho entender, ojala el conocimiento no tuviera límite físico...
ResponderEliminarun abrazo enorme
isla
Hermosas "casualidades". Porque en realidad lo más importante es la huella dejada con pisada propia. Con la marca de nuestras belleza y deformidades.
ResponderEliminarCon siembra de semillas al paso y con rastros de una hemorragia del alma. En ese ir y venir, girando la brújula, no somos tan pocos, por lo que veo, hay muchas personas que llevan la mirada puesta en no perder su norte.
Y sin lugar a duda, vos sos cabalmente uno de ellos.
Leerte alimenta sobre todo el alma, con la esencia de lo cristalino y auténtico.
Un fuerte abrazo Luis!!!
De entre los dos post me quedo con el tuyo: ser leal a sí mismo..aunque a veces esto significa olvidarse de uno mismo, y, por lo tanto, renunciar...
ResponderEliminarSaludos,
Pat
Ser leal a sí mismo...uff!!, son palabras mayores.
ResponderEliminarYo, de mayor, quiero ser así.
Besos.
No la nombreis porque ella no necesita que se nombre.
ResponderEliminarMientras haya alguien que la lea, mientras haya alguien que utilice sus versos, mientras incite textos como este o unos labios resitando su metrica como una letenia no habra que nombrarla.
Porque Mª Elena seguirá viva...
Hayy que lindo lo de ser leal a nosotros mismos... es que a veces nos olvidamos de eso y vivimo por los dema...
ResponderEliminarSaludos