"Me doy cuenta de que si fuera estable, prudente y estático viviría en la muerte. Por consiguiente acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante.
"El camino del ser". Carl Rogers
He descubierto que aceptar realmente a otra persona, con sus propios sentimientos, no es en modo alguno tarea fácil, tal como tampoco lo es comprenderla. ¿Puedo permitir a otra persona sentir hostilidad hacia mí? ¿Puedo aceptar su enojo como una parte real y legítima de sí mismo? ¿Puedo aceptarlo cuando encara la vida y sus problemas de manera muy distinta a la mía? ¿Puedo aceptarlo cuando experimenta sentimientos muy positivos hacia mí, me admira y procura imitarme? Todo esto está implícito en la aceptación y no llega fácilmente.
Pienso que es una actitud muy común en nuestra cultura pensar: “Todas las demás personas deben sentir, juzgar y creer tal como yo lo hago”. Nos resulta muy difícil permitir a nuestros padres, hijos o cónyuges sentir de modo diferente al nuestro con respecto a determinados temas o problemas… Cada persona es una isla en sí misma, en un sentido muy real, y sólo puede construir puentes hacia otras islas si efectivamente desea ser él mismo y está dispuesto a permitírselo. … Con esta enseñanza se relaciona estrechamente el siguiente corolario: la evaluación de los demás no es guía para mí.
Aunque los juicios ajenos merezcan ser escuchados y considerados por lo que son, nunca pueden servirme de guía… Sólo existe una persona capaz de saber si lo que hago es honesto, cabal, franco y coherente, o bien si es algo falso, hipócrita e incoherente: esa persona soy yo.
Mi experiencia es mi máxima autoridad. Mi propia experiencia es la piedra de toque de la validez. Nadie tiene tanta autoridad como ella, si siquiera las ideas ajenas ni mis propias ideas… Ni
profundo y cierto.. nadie ..nadie puede encasillarnos...
ResponderEliminarte deseo un lindo inicio de semana.. besitos enmielados...
Yo soy como soy y sé que nadie es igual que yo ni piensa de la misma forma que yo. Hay que aceptar a las personas tal y como son, si es que esa persona te merece la pena. Si realmente te merece la pena la aceptas tal y como es sin intentar cambiarla, y si no te merece la pena pues adios muy buenas. Y desde luego que no me siento en posesión de la verdad absoluta, ni muchísimo menos.
ResponderEliminarBesos.
Sólo decir excelente....!!!
ResponderEliminarGracias por compartirlo...!!!