LA FELICIDAD en palabras de
Katherine Mansfield
A pesar de sus treinta años, Berta Young tenía momentos como éste de ahora, en los que hubiera deseado correr en vez de andar; deslizarse por los suelos relucientes de su casa, marcando pasos de danza; rodar un aro; tirar alguna cosa al aire para volverla a coger, o quedarse quieta y reír... simplemente por nada. ¿Qué puede hacer uno si, aún contando treinta años, al volver la esquina de su calle le domina de repente una sensación de felicidad..., de felicidad plena..., como si de repente se hubiese tragado un trozo brillante del sol crepuscular y éste le abrasara el pecho, lanzando una lluvia de chispas por todo su cuerpo? ¿Es que no puede haber una forma de manifestarlo sin parecer "borracho o demente"? La civilización es una estupidez. ¿Para qué se nos ha dado un cuerpo, si hemos de mantenerlo encerrado en un estuche como si fuera algún valioso Stradivarius? |
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¿Hablabas de mí o de Katherine Mansfield?
ResponderEliminarLlevas razón, las civilización, seguramente nos ha servido para algo, pero en otras cosas hay que fastidiarse cuán estúpidos se puede llegar a ser. Y qué cantidad de prejuicios.
Una maravilla de texto.
Inefablemente escrito. Y con un sentido poético que subyuga.
Y con qué delicioso yugo.
Gracias Luis.
Eres de los míos.
Me ha encantado el texto de hoy; es cierto que muchas veces, demasiadas tal vez, nos vemos "obligados" a reprimir, si no nuestra felicidad, sí su exteriorización. Una lástima, por cierto.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Luis!
ResponderEliminarPor qué no mostrar la felicidad? civilizados, si...reprimidos y prejuiciosos, no!!! mientras no hagamos daño a nadie...
Un beso!
que hermoso post!!...cuanta razon! porque no seguir mostrando la felicidad como lo haciamos cuando niños...
ResponderEliminarsaludos, Alejandra
Reprimimos el cuerpo en su expresión porque más reprimido está nuestro espíritu ,esencia, o como quiera llamarse.
ResponderEliminarSeguramente el miedo, siempre el miedo,el temor de que al doblar la otra esquina desaparezca esa espléndida sensacion.Nos aferramos a todo, hasta a esos destellos y nos lo perdemos en ese instante por miedo a que desaparezca luego...Realmente somos muy estúpidos.
hola! gracias por pasar y comentar..un gusto pasar a visitarte..éste texto me gustó mucho, qué importante es ser honestos con nosotros mismos, escuchar al cuerpo, dejarlo fluír, no prestar tanta atención a la mirada ajena..ser libres y dejar que los demás lo sean, saborear la vida sin miedo.
ResponderEliminarsaludos!
Muy bueno todo...
ResponderEliminarGuau..
ResponderEliminar:)