
TRANVIA
Por fin. La desconocida subía siempre en aquella parada. "Amplia sonrisa, caderas anchas... una madre excelente para mis hijos", pensó. La saludó; ella respondió y retomó su lectura: culta, moderna.
Él se puso de mal humor: era muy conservador.
¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía. Dudó.
Ella bajó.
Se sintió divorciado: "¿Y los niños, con quién van a quedarse?
Andrea Bocconi

jajaja... el del tranvía necesita un poco de terapia... jaja
ResponderEliminarGata Flora diríamos por acá.... jaja
Lo de Leo es espectacular...!!! hacía mucho que no lo escuchaba...
El remate de ella, muy inteligente...!!!
Me reí mucho...!!
Gracias por compartirlo...!!!
¿que diferencia hay entre ese tiempo y ahora?.
ResponderEliminarMe ha hecho reir muchisimo, jajaja
ese motivo no se sostiene mucho rato, jajaja
Gracias por compatir estas cuestiones de tiempo
Qué genial :))
ResponderEliminarQué bueno leo Masliah, ajajjajajaj!!!!!!!
ResponderEliminarGracias por la risa :)
Buenísimo jaja!!! el deseo ya no viaja en tranvía pero sigue viajando y a una velocidad..!!!!
ResponderEliminarUn abrazo!!
¡Excelente entrada! me he reído mucho y no creo que la cosa sea cuestión de tiempo jajaja, sino cuestión de ¡impacto! Porque si te quedas medio atontada al conocer a alguien, por breves segundos, entonces el momento de la conversación se hace eterno ara la acción, pero si no sucede así entonces "pierdes" el tiempo "haciendo tiempo" antes de la acción que seguirá inevitablemente como un segundo paso jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Luis, hoy estar aquí es una terapia de risa....
ResponderEliminarBesos
Masliah, Fontanarrosa, y Bocconi -a quien no conozco, pero parece muy bueno-, así es difícil que la entrada te quede mal. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bueno lo de leo, tu cuento y el chiste. Un placer leerte.
ResponderEliminarmariarosa
El matrimonio consiste en el aplazamiento de los problemas. No fue este el caso.
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