sábado, 25 de julio de 2009

Insistencia lunar

No cabe duda, la gran protagonista de esta semana fue la luna.

El lunes, como bien señalábamos en nuestro anterior post, gran parte de la humanidad despertó conmemorando el cuarenta aniversario de la llegada del hombre a la luna y el resto de la semana no se paro de informar sobre el eclipse solar, es decir cuando la luna tapa la imagen del sol.

Un informe periodístico nos cuenta que en la mayoría de los sitios se observó cómo progresivamente el Sol se iba ocultando hasta quedar solo un círculo de luz. Un espectáculo hermoso único en este siglo dado que el próximo ocurrirá el 13 de junio de 2132.

En numerosas localidades asiáticas decenas de miles de personas se reunieron para ver el fenómeno al aire libre. Casi todos los canales de televisión en la región transmitieron el eclipse en vivo.

Otros curiosos se prepararon desde lo alto. En la India, por ejemplo, una agencia de viajes llamada Cox and Kings hizo despegar desde Nueva Delhi un avión Boeing 737-700 al momento del eclipse para disfrutar del fenómeno a una altura de 12.500 metros. Los 21 asientos del avión donde podía verse el eclipse se vendieron por $1.700 cada uno.

Es que la humanidad siempre ha sentido fascinación por el plateado satelite. Por ejemplo, para seguir hablando de cotizaciones lunares, la compañía californiana Celestis ha anunciado que por solo 9.995 dólares (6.378 euros) se compromete enviar restos humanos incinerados a la luna para ofrecer allí descanso eterno a aquellos que soñaron viajar a nuestro satélite pero no lo lograron en vida.

El envío de esta cápsula contendrá un gramo de cenizas, aproximadamente un 1 por ciento de los restos mortales de un ser humano tras ser incinerado.

Pero la compañía, atenta a las posibles necesidades de sus clientes tiene también una oferta para parejas que quieran descansar para siempre unidas en la Luna y cobra 29.985 dólares por el envío de 14 gramos de cenizas de dos personas. Estos precios incluyen la inscripción del nombre del difunto en una placa conmemorativa así como la opción de que los familiares presencien el lanzamiento del cohete que transportará las cápsulas hasta la Luna.


En estos tiempos tan mercantiles , que lejanas nos pueden llegar a sonar las palabras del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer cuando decía: ¨ En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna.¨


También el poeta chino Li Bai más conocido como Li Po el poeta inmortal tuvo lo suyo con la luna, tal es así que la leyenda cuenta que murió ahogado en el río Yangzi, habiendo caído de su bote al intentar abrazar el reflejo de la luna, estando bajo los efectos del alcohol.


He aquí un poema que ilustra muy bien su relación con la luna:


夜思

床前明月光

疑是地上霜

舉頭望明月

低頭思故鄉

(Incluimos fonética china para los más entusiastas amantes de la poesía en su lengua original


yè sī

chuáng qián míng yuè guāng
yǐ shì dì shàng shuāng
jǔ tóu wàng míng yuè
dī tóu sī gù xiāng

Mejor lo traducimos :


En la noche tranquila


Pienso en la noche

delante de la cama la luna brilla

encima de la escarcha está la duda

miro arriba y hay luna llena

miro abajo y añoro mi tierra.







La humanidad nunca fue indiferente a la luna, los poetas siempre la han querido abrazar, el alma femenina siempre ha sabido desde tiempos inmemorables comulgar con sus ritmos, magia y misterios


los enamorados suspiran mirandola extasiados







los trovadores le han cantado inspirados versos y los astonautas la han pisado en nombre de la ciencia.

Es que la luna muchas veces parece invitarnos a profundas reflexiones:






Para concluir permítanme algunas palabras personales al respecto:


Yo era un niño y ante mis constantes distracciones, tanto mis padres y maestros aseguraban que yo vivía en la luna.

Por ejemplo, mí madre me pedía que fuera a comprar harina al almacén para cocinar tortas fritas y yo regresaba con un paquete de algodón de la farmacia.

Ante tal desvarío mi madre ponía los ojos en blanco y llevando sus manos a la cabeza resignada protestaba diciendo:

"¡No puede ser, pero donde tenes la cabeza, vos vivís en la luna!"

Mi maestra de escuela tenía idéntica expresión ante mi ineptitud para memorizar las instrucciones del año trece y en no saber diferenciar el meridiano de Greenwhich del paralelo del Ecuador. Para colmo en las redacciones escolares yo escribía sobre la Vía Láctea cuando en realidad el tema propuesto era ¨La vaca¨

En catequesis la situación no era muy distinta, siempre confundía a Caín con Abel, a Moisés con Noe y viceversa, por no hablar de mis eternas confusiones entre Padre, hijo y espíritu santo.(Admito que hasta hoy en día no sé diferenciarlos muy bien)

Al llegar a la adolescencia mis profesores de liceo seguían sosteniendo que ¨yo vivía en la luna ¨ . Supongo que seria por mi escaso interés por conocer los detalles de la monarquía cartaginesa en el 580 AC o quizás por mi falta de talento para disertar sobre mitosis y meiosis.

Mi fascinación por palabras como utopía, éxtasis o melancolía entre otras…hacía que mi padre me mirara de reojo y suspirando musitara que debía sentar cabeza de una buena vez en lugar de vivir en la luna.

Pero el tiempo pasó y creo haber aprendido algo de mis mayores.

Ya soy un adulto: me casé, tengo esposa, 2 hijos, un perro, credencial cívica ,un trabajo asalariado y un estilo de vida que podríamos denominar normal , por lo tanto ahora que madure puedo afirmar con certeza que ya no vivo en la luna.

Pero ya que estamos hablando de confidencias permítanme contarles que en realidad ya no vivo en la luna porque es la luna la que vive en mi.

Buenas noches.



Videos tu.tv

9 comentarios:

  1. Hola!!
    Recién me visitaste y dejaste un comentario en mi rinconcito! Gracias!! Es bueno encontrar lectores de paises hermanos!
    Hermoso tu escrito sobre la Luna...creo que, ella vive un poquito en cada uno de los que la amamos...es tan hermosa en su fase llena!!
    Espero sigas visitándome!!
    Un saludo desde Corrientes!

    ResponderEliminar
  2. Creo que somos vecinos ya qye yo habito gran parte del tiempo en la luna :)
    Inspiradora, magica tiene todo lo bello que tiene que tener para encandilar a cualquiera mas a un poeta.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Yo también soy vecina tuya ya que me dicen que estoy en la luna.
    ¿Y adónde se podría estar mejor?
    ¿Cuando quieres que vayamos?
    Una preciosidad de escrito amigo.
    Gracias por compartirlo.

    ResponderEliminar
  4. Palabras reflexivas y bien trenzadas. Yo adoro a la luz del astro de la noche como la claridad del que preside el día. El cielo estrellado nos anuncia su soberana majestad y la extensión de su imperio. Gracias por pasar y dejar tu huella.
    Un placer leerte

    ResponderEliminar
  5. Ay querido amigo,
    entre otras cosas soy profe de matemáticas y astronomía. Te imaginás que la admiración por el cielo y todos los astros han sido y son mi fascinación, admiración y fuente de energía !!!

    Es un placer sentirme reflejada en vos !

    Leí con mucho placer tu relato-ensayo !!!
    ME ENCANTÓ LA IMAGEN DEL NIÑO TREPANDO SOBRE MIL LIBROS PARA VER LA LUNA O LA NOCHE !!

    un fuerte abrazo INCAL !!!

    ResponderEliminar
  6. Que hermoso recorrido es venir a ti, a tu espacio a tu "noche"

    Bikiños mil

    ResponderEliminar
  7. Entonces, si eres consciente de ella en ti es que sabes mucho de tus emociones.

    ResponderEliminar
  8. Preciosa tu entrada sobre la luna.

    A mí siempre me ha fascinado. Y ya que estamos de confidencias, te confieso que a veces, muchas veces, yo también vivo en la luna... shhhhhhh!!!!

    Besos.

    ResponderEliminar
  9. Tienes un blog muy interesante :)

    Gracias por tu visita al mío. BxusssS

    ResponderEliminar


Los pájaros cantaron
al hacerse de día.
“Empieza de nuevo”,
oí que decían.
No pierdas el tiempo
Pensando en lo que ya pasó
o en lo que aún no ha pasado.

Suenan las campanas que todavía puedan sonar.
Olvida tu ofrenda perfecta.
en toda cosa hay una grieta,
es por ahí donde entra la luz.

LEONARD COHEN