Cuenta una vieja leyenda que hace muchísimo tiempo, en una época donde los zapatos aun no existían., en un pueblo vivía un rey de piel muy delicada que no soportaba el dolor que producía el contacto de sus pies con la áspera tierra.
Cada vez que el rey caminaba terminaba con heridas que curar y esto lo tenia de permanente mal humor.
Un día hastiado de padecer tanto dolor decidió alfombrar, las habitaciones, pasillos, escaleras y baños de todo el palacio real de manera que sus sensibles pies no sufrieran más. A los pocas semanas decidió extender esta medida a todo lugar por donde el anduviera, de tal manera que si su majestad decidía dar una vuelta por la comarca o un simple paseo al aire libre, era acompañado por varios súbditos que desenrollaban pesadas alfombras a su paso.
Por supuesto que a los sirvientes encargados de cumplir tan absurda y fastidiosa tarea no les daba ninguna gracia obedecer los caprichos del rey, pero resignados cumplían las ordenes para no correr el riesgo de que sus cabezas fueran cortadas por el verdugo real.
Una mañana de verano el rey decide pasear por el campo y allí fue toda su comitiva de sirvientes extendiendo alfombras por el camino de pasto, yuyos y flores cuando se escucha la carcajada de un anciano que bajo la sombra de un árbol señala al rey destornillándose de risa.
El rey furioso le grita que le de una buena explicación del motivo de su risa porque si no ordenaría cortarle la cabeza por burlarse de su majestad.
El anciano, considerado por muchos el sabio del pueblo y por otros tantos el idiota del pueblo, intentando calmar su ataque de risa pasó a explicarse diciendo:
-Pero majestad, en lugar de tan torpe e incomoda manera de cuidar sus pies,
no le parece mas adecuado cortar un pedazo de tela de alfombra a la medida de sus propios pies y atárselos con una cinta.
Es así que se fueron creados los primeros zapatos de la historia.
Dicen que el rey no solo le salvo la vida al sabio, sino que lo nombro su consejero oficial.
Esta historia sobre el origen de los zapatos siempre me fascino por lo ingeniosa pero también porque permite una lectura mas simbólica y sicológica.
El rey puede “curar” su neurosis al darse cuenta que solo él puede hacerse cargo de su propio dolor, asumiéndolo, al calzarse sus propios zapatos y caminar por si mismo, en lugar de reclamar la solución a los demás.
Es interesante considerar al anciano como un buen antecedente de terapeuta sicológico, por algo, el rey muy acertadamente lo nombra su consejero.
Pero sigamos hablando de zapatos…
Nos gusta estrenar nuevos modelos, tal como nos gustaría cambiar el modo de vivir el territorio, ¿o nos sentimos tan vinculados al niño que fuimos que no hay quién nos haga tirar esos viejos zapatos destartalados que reparamos una y otra vez tozudamente?.
Llegamos a casa y cambiamos de calzado para pisar cómodamente lo que consideramos nuestro hogar, ¿o seguimos con los mismos que pisaron la calle, porque no distinguimos el territorio de “fuera” del de “dentro”?
Y cuando llega la noche, dejamos los zapatos bien alineados, como un papá y una mamá bien avenidos, ¿o uno mira hacia China y el otro hacia Canadá, como unos padres peleones que se cansaron de caminar a la par?.
y el asesinar
todo mi dinero
me puedes robar
coches nuevos
puedes chocar
pero por favor
no pises ya nunca mis zapatos.
Zapatos de gamuza azul
y no me pisen jamás mis
zapatos de gamuza azul...
Zapatos de gamuza azul
Mi mamá dice: Que a una persona se le conoce por los zapatos. Siempre dude de sus palabras, pero esta noche leyendo lo que nos compartes la veo tan sabia....
ResponderEliminarQue tengas un bonito fin de semana
Besos
La historia es muy buena.
ResponderEliminarY las conclusiones más.
Que buen post Incal.
Los zapatos como vara de medir muchas cosas.
Cuanta razón tienes...
Saludos.
Cuantas reflexiones que uno puede encontrar en una caja de zapatos...
ResponderEliminarMe gusto la historia de los zapatos.
ResponderEliminarAdemás creo que no hay nada mas molesto que el dolor y si es de pies mas.
No te deja ni pensar.
Que importante es elegir nuestra manera de andar por la vida.
Besos Incal.
Tengo una amiga que antes de salir con un hombre analiza sus zapatos, siempre me reí de eso, pero luego de leer el análisis que has hecho, veré esa actitud con mas seriedad.
ResponderEliminarMuy buen post, yo ahora tengo puestas unas muy muy cómodas zapatillas, pero luego para salir me pondré unas botas de taco alto, viviré en contradicción?
=P
Besos
Me gustó la historia de los zapatos y las reflexiones que haces sobre ellos. De un elemento sencillo y cotidiano haces unas reflexiones profundas. Lo miras desde todos los puntos de vista. Creo que me voy a hacer adicta a este blog. ¡ Me encanta!
ResponderEliminarQue buena historia Luis, me encantó pero las reflexiones que originan aún más.
ResponderEliminarNunca terminamos de darnos cuenta que podemos aprender de todos y de todo, incluso de los zapatos!!
Excelente post. Un beso Luis!!
Muy interesante, me has dejado pensando. Es cierto que los zapatos denotan tu personalidad y creo que algo tengo que arreglar en mi vida.....uff!!!sigo pensando....Me voy a poner un poco de orden entre mis zapatos.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ay, zapatos! me encantan. Antes usaba tacones altos, hoy en día ya no. Cuido mis pies. Interesante tu entrada.
ResponderEliminarRecibe un cordial saludo berlinés.
Es muy interesante la reflexión. Es curioso como (coincido en eso) de temas tan azarosos como: “mis zapatos” puede emerger una reflexión que nos sea útil. Eso es algo que poco se dice en la “academia” donde las preguntas y respuestas son: en la medida que sean sobre temas universales, fundantes, irremediables…
ResponderEliminarPero sospecho que siempre es mas fácil detenerse a reflexionar y a buscar respuestas con zapatos cómodos que no destruyan nuestros pequeños dedos.
Luis..... me encanto tu entrada, siempre marcando que en las cosas simples estan las respuestas...
ResponderEliminarte dejo un abrazo enorme! Ale