El famoso escritor colombiano Gabriel García Marquez, autor de textos tan universales como Amor en tiempos del cólera y su famoso 100 años de soledad también cayó rendido a la música del cuarteto de Liverpool. Es por ello que a finales de 1980 escribió una vivencia basada en este grupo de rock británico:
Así es: la única nostalgia común que uno tiene con sus hijos son las canciones de los Beatles. Cada quien por motivos distintos, desde luego, y con un dolor distinto, como ocurre siempre con la poesía. Yo no olvidare aquel día memorable de 1963, en México, cuando oí por primera vez de un modo consciente una canción de los Beatles. A partir de entonces descubrí que el universo estaba contaminado por ellos.
En nuestra casa de San Angel, donde apenas si teníamos donde sentarnos, había solo dos discos: una selección de preludios de Debussy y el primer disco de los Beatles. Por toda la ciudad, a toda hora, se escuchaba un grito de muchedumbres; "Help, I need somebody”.
Alguien volvió a plantear por esa época el viejo tema de que los músicos mejores son los de la segunda letra del catálogo: Bach, Beethoven, Brahms y Bartok. Alguien volvió a decir la misma tontería de siempre: que se incluyera a Bosart. Alvaro Mutis, que como todo gran erudito de la música tiene una debilidad irremediable por los ladrillos sinfónicos, insistía en incluir a Bruckner. Otro trataba de repetir otra vez la batalla a favor de Berlioz, que yo libraba en contra porque no podía superar la superstición de que es oiseau de malheur, es decir, pájaro de mal agüero. En cambio, me empeñe, desde entonces, en incluir a los Beatles.
Emilio García Riera, que estaba de acuerdo conmigo y que es un critico e historiador de cine con una lucidez un poco sobrenatural, sobre todo después del segundo trago, me dijo por esos días: “Oigo a los Beatles con un cierto miedo, porque siento que me voy a acordar de ellos por todo el resto de mi vida”. Es el único caso que conozco de alguien con bastante clarividencia para darse cuenta de que estaba viviendo el nacimiento de sus nostalgias. Uno entraba entonces en el estudio de Carlos Fuentes, y lo encontraba escribiendo a maquina con un solo dedo de una sola mano, como lo ha hecho siempre, en medio de una densa nube de humo y aislado de los horrores del universo con la música de los Beatles a todo volumen.
Esta tarde, pensando todo esto frente a una ventana lúgubre donde cae la nieve, con mas de cincuenta años encima y todavía sin saber muy bien quien soy, ni que carajos hago aquí, tengo la impresión de que el mundo fue igual desde mi nacimiento hasta que los Beatles empezaron a cantar. Todo cambio entonces. Los hombres se dejaron crecer el cabello y la barba, las mujeres aprendieron a desnudarse con naturalidad, cambió el modo de vestir y de amar, y se inicio la liberación del sexo y otras drogas para soñar. Fueron los años fragorosos de la guerra de Vietnam y la rebelión universitaria. Pero, sobre todo, fue el duro aprendizaje de una relación distinta entre los padres e hijos, el principio de un nuevo dialogo entre ellos que había parecido imposible durante siglos.
Aquí les dejo un link de un post mío ( autobiográfico)que tiene que ver con los Beatles.
Creo que vale la pena leerlo. (Incal)
Querido Luis, ayer Pato abordaba la palabra CASUALIDAD, en su programa de radio y hoy al encontrame con tu post, siento que no se si existe la casualidad o la causalidad, ya que minutos antes estuve agregando en mi lista del reproductor del blog temas de los Beatles y me puse a cantar como si el tiempo hubiese vuelto hacia atrás y mi hermano me estuviese enseñando (infructuosamente por cierto) a bailar el rock.
ResponderEliminarLa nostalgia, el recuerdo de la guerra de Vietnam vinieron inebitablemente a mi ser.
Excelente este post y excelente el del link que dejaste.Para los que tenmos mas de cincuenta creo que es imposible no amarlos.
Un beso grande!!! y gracias por compartir esto, depronto el río de La Plata se convirtió en una mesa de café y allí estábamos escuchandolos y charlando. HERMOSISIMO. GRACIAS LUISSS!!!
Gracias por recordar una época en q traducir la lestras ideológicas de lo Beatles nos identificaban con lo q vivíamos. Sin olvidar la excelencia de su música.
ResponderEliminarHermoso post!
Un abrazo nostalgioso (:
¿Casualidad o causalidad?
ResponderEliminarGrrrrr no pudiste escucharnos, con lo que adoro imaginar quiénes están del otro lado!
Qué rabia, pero no fuiste el único mi madre tampoco pudo escuchar el programa, en cambio otra gente si pudo, no sé qué pudo haber pasado!
Igual gracias por estar ahí, aunque sea gritando :)
Tema Beatles.
Fueron mi primer amor en la música, mi primer chico fue Paul y cuando crecí me enamoré de Jhon. Mis primeras canciones con las que soñe sin entender inglés, a las que les puse la letra que yo quise cantándolas como me sonaban a mi, mis primeros bailes, lo que me unía a mi hermano mayor.
Y el tiempo ha pasado y sigo con el mismo amor, me siguen gustando y sorprendiendo y sigo celebrando su música.
Me encantó, este y el otro post, si mirás en el blog de Pancho los programas que ya emitidos, los dos primeros son puro Beatles, el también los ama.
Besos.
Muy buen aporte. Pienso que en realidad los buenos músicos, cualquiera sea su estilo, son siempre buenos, en cualquier tiempo. Muchos saludos.
ResponderEliminar¡¡¡ Mas que geniales!!! Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAmbos son geniales!!!
ResponderEliminarYa me puse a pensar cuándo fue la primera vez que escuché a los Beatles y que leí a Gabo!
Un blog verdaderamente im-pre-sio-nan-te. De entrada ya se que nos vamos a llevar bien.
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