domingo, 13 de septiembre de 2009

Domingo de mañana /Domingo de tarde

Domingo de mañana : una fastidiosa mosca me acaba de despertar, me levanto refunfuñando Trato de recordar ,estoy seguro que estaba soñando algo interesante justo cuando este insecto entrometido sobre mi frente se poso.
Tengo la extraña sensación que esta maldita mosca se robo mi sueño…


Como consuelo prendo la computadora y aquí estoy contandoles un viejo cuento chino que dice asi: Li Wei soñaba que una mosca horripilante rondaba por su habitación, interrumpiendo inoportunamente una de sus profundas meditaciones.
Molesto, comenzó a perseguirla tratando de acallar con un golpe su desagradable zumbido. Portaba en la mano, con tal objetivo, la primera edición de
Con la copa de vino en la mano interrogo a la luna, poema épico de su entrañable amigo Li Taibo. Corrió y corrió incansablemente entre el reducido espacio de esas cuatro paredes, sacudiendo sus brazos cual si fuera él mismo una mosca. Dicha empresa le sirvió de poco. La mosca, posada en el marco del retrato de su amada, lo miraba con aburrida indiferencia.
Exhausto por la persecución, Li Wei se despertó agitado. Sobre la mesa de luz estaba posado, distraído, el fastidioso insecto. De un viril manotazo, el filósofo acabó con la corta vida de la triste mosca.

Li Wei jamás sabrá si mató a una mosca o a uno de sus sueños.












Domingo de tarde :

Mucho ya se ha escrito sobre el síndrome de domingo, donde por las tardes se supone que la tristeza y la apatía se hacen presentes ensombreciendo nuestro día de descanso.

Tanto psicólogos , filósofos como sociólogos han estudiado este fenómeno existencial.

Lo que si tal vez pueda yo contribuir para contrarrestar al indeseable síndrome dominical es invitarlos a leer este texto de Monterroso , escritor guatemalteco.

Me sentiría realmente feliz si las moscas , aparte de espantar sueños, lograran espantar el innecesario tedio de los domingos.





LAS MOSCAS (Fragmento) . Augusto Monterroso


Hay tres temas: el amor, la muerte y las moscas. Desde que el hombre existe, ese sentimiento, ese temor, esas presencias lo han acompañado siempre. Traten otros los dos primeros. Yo me ocupo de las moscas, que son mejores que los hombres, pero no que las mujeres. Hace años tuve la idea de reunir una antología universal de la mosca. La sigo teniendo. Sin embargo, pronto me di cuenta de que era una empresa prácticamente infinita.






Y, bien mirada, creo que dijo Milla (autor que por supuesto desconoces pero que gracias a haberse ocupado de la mosca oyes mencionar hoy por primera vez), la mosca no es tan fea como a primera vista parece. Pero es que a primera vista no parece fea, precisamente porque nadie ha visto nunca una mosca a primera vista.

A nadie se le ha ocurrido preguntarse si la mosca fue antes o después. En el principio fue la mosca. (Era casi imposible que no apareciera aquí eso de que en el principio fue la mosca o cualquier otra cosa. De esas frases vivimos. Frases mosca que, como los dolores mosca, no significan nada.

Las frases perseguidoras de que están llenas nuestros libros.)

Olvídalo. Es más fácil que una mosca se pare en la nariz del papa que el papa se pare en la nariz de una mosca.

El papa, o el rey o el presidente (el presidente de la república, claro; el presidente de una compañía financiera o comercial o de productos equis es por lo general tan necio que se considera superior a ellas) son incapaces de llamar a su guardia suiza o a su guardia real o a sus guardias presidenciales para exterminar una mosca. Al contrario, son tolerantes y, cuando más, se rascan la nariz.

Saben. Y saben que también la mosca sabe y los vigila; saben que lo que en realidad tenemos son moscas de la guarda que nos cuidan a toda hora de caer en pecados auténticos, grandes, para los cuales se necesitan ángeles de la guarda de verdad que de pronto se descuiden y se vuelvan cómplices, como el ángel de la guarda de Hitler, o como el de Jonhson. Pero no hay que hacer caso. Vuelve a las narices. La mosca que se posó en la tuya es descendiente directa de la que se paró en la de Cleopatra.





1 comentario:


Los pájaros cantaron
al hacerse de día.
“Empieza de nuevo”,
oí que decían.
No pierdas el tiempo
Pensando en lo que ya pasó
o en lo que aún no ha pasado.

Suenan las campanas que todavía puedan sonar.
Olvida tu ofrenda perfecta.
en toda cosa hay una grieta,
es por ahí donde entra la luz.

LEONARD COHEN